Las traducciones jurídicas no sólo transmiten el “idioma”, sino que tienen que trasladar los contenidos jurídicos de un sistema jurídico a otro.
Este tema es un reto al que me vengo enfrentando desde hace años.
Una buena traducción jurídica reproduce los contenidos y contextos de la lengua origen en la lengua meta de forma comprensible y correcta, sin perder de vista el estilo del texto originario.
Traduzco textos de contenido jurídico de distinta naturaleza al alemán: contratos (como por ejemplo contratos de compraventa, acuerdos de suministro, contratos de distribución), documentos notariales, registrales y judiciales (como por ejemplo extractos del Registro Mercantil, partidas de nacimiento y defunción, sentencias de divorcio, poderes), entre otros.